El
síndrome de muerte súbita infantil
se define como la muerte repentina e inesperada de un niño menor de un año
aparentemente sano.
Normalmente
se encuentra muerto al bebé después de haberlo puesto a dormir, no mostrando
signos de haber sufrido.
Se
considera SMSI si, después de la autópsia,
la muerte permanece inexplicada
El
porcentaje donde más ocurre la muerte súbita es más alto entre los dos y seis
meses de vida. El SMSL es responsable de 1
muerte por cada 2000 nacimientos aproximadamente.
Factores que aumentan el riesgo de muerte súbita:
• Exposición del bebé al humo
de tabaco.
• Poner a dormir al bebé boca
abajo, sobre su estómago.
• No haber alimentado al bebé
con leche materna.
• Temperatura demasiado
elevada en la habitación.
• Exceso de ropa de cama,
exceso de ropa, colchón demasiado blando
y peluches.
• Madre adolescente.
• Alimentación inadecuada de
la madre durante el embarazo.
• Cuidado inadecuado de la
madre durante el embarazo.
• Bebé prematuro (el riesgo aumenta 50 veces).
• Sexo del bebé (el 61% de
los casos suceden en varones).
• Bajo peso al nacer
(especialmente menos de 1,5 kg.
• Antecedentes de hermano que
padeció el síndrome.
• Consumo de drogas por parte de la madre
• Sobrepeso durante el
embarazo.
• Parto múltiple.
Indicaciones para disminuir el riesgo de muerte súbita:
• No acostar al niño boca
abajo ni de lado. La postura recomendada es boca arriba.
• Se debe acostar al niño
sobre colchón firme, evitando almohadas, cojines o cubrecamas acolchados.
• Evitar el calor excesivo.
• El bebé debe estar en un
ambiente sin humo.
• La lactancia natural disminuye los riesgos.
• Es preferible que el bebé use chupete ya que la superficie
sobresaliente del chupete mantiene el rostro del bebé despegado del colchón, lo
que reduce el riesgo de asfixia.
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